Cuando entras en HORNO BAIXAULI no solo huele a pan recién hecho. Huele a historia. A leña, harina, masa madre y recuerdos. Este no es un horno cualquiera: es uno de los más antiguos de la Comunidad Valenciana, y lleva encendiendo su alma desde 1745.
Hoy queremos contarte nuestra historia. Porque somos más que una panadería. Somos el reflejo de una dulce herencia que ha sobrevivido a guerras, crisis, modernidad y hasta una DANA. Y seguimos aquí, con las manos en la masa.
🏛️ 1745: el primer horno familiar
Según relatan nuestras escrituras más antiguas, el primer “forn” de la familia se ubicaba en la “manzana 1” de las casas nuevas de Picanya. Más adelante, gracias a un golpe de suerte, se trasladó a la actual Calle Major, 22, donde nació nuestra abuela Encarna en 1897 y donde aún hoy seguimos horneando.
Desde entonces, más de 7 generaciones de nuestra familia han hecho del pan su forma de vida. El horno ha sido más que un negocio: ha sido hogar, punto de encuentro, refugio, escenario y escuela de vida.
“El forn no es solo un espacio físico… es un entorno familiar donde se mezclan trabajo, aromas, abrazos, sobremesas, esfuerzo y amor.”
— Fragmento de “Dulce Herencia”
👴🏼 De abuelos a nietos: la vida entre harina y fuego
Nuestra abuela Encarna, una mujer fuerte y decidida, sacó el horno adelante con seis hijos y una valentía admirable. Luego llegó nuestro padre Vicente, que se casó con Rosario en 1960 y convirtió el obrador en su vida. Lo reformaron, ampliaron y modernizaron, pero sin perder lo esencial: el sabor del pan de verdad.
Junto a ellos, sus hijos y sobrinos aprendimos desde pequeños a “fenyar” la masa, a poner las rosquilletas en los armarios o a subirnos a una silla para meter las bolas en la plegadora. Cada generación ha tenido su lugar en el obrador.
“Muchos recuerdos se han cocido en estas paredes: almuerzos con michets de huerta, madrugadas de pan doble, fiestas con panquemados…”
— Fragmento de “Dulce Herencia”
🧩 Crisis, adaptación y resiliencia
En los años 80 compramos el horno de Vistabella, y durante un tiempo fabricábamos pan en un horno y dulces en otro. Tuvimos hasta 4 puntos de venta. Pero los cambios sociales, la llegada de los supermercados y las nuevas formas de consumo nos obligaron a adaptarnos.
Vinieron ajustes, se cerraron puntos de venta, llegaron nuevas generaciones… Pero nunca se apagó el horno. Nunca dejamos de creer en lo artesanal. En lo humano.
🌧️ 2024: una DANA casi lo destruye… pero renacimos
El verano de 2024 marcó un antes y un después. La DANA destrozó parte del obrador. Pero lo que parecía un final, fue un nuevo comienzo. Gracias a un crowdfunding, al apoyo de nuestros vecinos, clientes, y de entidades como ONG Cesal y Fundación MAPFRE, pudimos reconstruir el horno y reabrir con más fuerza que nunca.
Hoy, el horno está en manos de Batiste Rubio y Vicent, dos primos que crecieron oliendo pan y que decidieron seguir con la herencia panadera familiar, contra todo pronóstico.
“Lo que ni una DANA puede llevarse son los aromas, las recetas y el amor por lo nuestro. Eso vive en cada coca de calabaza que sale del horno.”
— Fragmento de “Dulce Herencia"
Lo que nos hace únicos (y eternos)
✅ Más de 275 años de historia familiar
✅ Uno de los hornos más antiguos de la Comunidad Valenciana
✅ Pan y dulces hechos con receta y alma
✅ Masa madre real, fermentación lenta
✅ Herencia transmitida generación tras generación
📍 ¿Dónde estamos?
📌 Calle Major, 22 – Picanya (Valencia)
🕰️ Lunes a sábado: mañanas y tardes
📞 Puedes llamarnos o pasarte a probar nuestra coca de calabaza, que se agota cada día.
🍰 El horno es vida, familia, historia
HORNO BAIXAULI no solo ha alimentado a Picanya durante tres siglos. Ha creado comunidad. Ha sostenido tradiciones. Ha hecho que el olor a pan recién hecho se convierta en un símbolo de resistencia, cariño y futuro.
Ven y forma parte de esta historia viva.
HORNO BAIXAULI. Tradición encendida desde 1745.