
275 años de historia
En el número 22 de la calle Major de Picanya, hay un aroma que nunca se ha ido. Es el olor a pan recién hecho, a coca de llanda, a rosquilletas con anís... pero sobre todo, es el olor a historia.

Una dulce herencia familiar de 7 generaciones.
Baixauli no es un horno cualquiera, es un hogar. Un lugar donde durante casi 300 años se han cocido, con la misma receta y el mismo amor, los productos que han alimentado a generaciones enteras.
Desde el siglo XVIII, pasando por la abuela Encarna, Vicente y Rosario, hasta llegar hoy a Batiste y Vicent, cada pieza de pan ha llevado dentro algo más que harina, agua y sal: ha llevado memoria.





Lo nuestro no es solo hacer pan; es conservar una forma de vida.
Desde aquel entonces, seguimos amasando con levadura madre, respetando los tiempos, cuidando el sabor.
Sin prisas. Sin atajos. Como lo hacían antes.




Nos hemos levantado con más fuerza que nunca
Seguimos horneando como siempre. Para los que crecieron con nosotros y para los que están por descubrirnos. Porque en cada mordisco hay un pedazo de historia, un recuerdo familiar, un homenaje a la tierra.
En 2024, la DANA lo destruyó todo y puso en peligro a la familia. El obrador quedó destrozado, pero lo que no pudo llevarse fue el alma del horno.
Gracias al apoyo del pueblo, amigos y clientes (muchos de ellos desconocidos) conseguimos reconstruirlo y volver con más fuerza, con más gratitud y con las manos todavía más decididas.
Somos HORNO BAIXAULI.
El horno de Picanya. El horno de toda la vida.

Dulces caseros

Bandejas para celebraciones

Cocas artesanales

Tartas clásicas
